Deterioro de vestido
El consumidor:
Compra un vestido rojo de fiesta en una tienda. Tras usarlo en un evento, lo lleva a limpiar a una tintorería, donde se lo devuelven con un tono de color diferente y con pelotillas blancas. Exige la devolución del dinero o un vestido igual al que compró.
La empresa:
Tras la reclamación del cliente, la tintorería contacta con una empresa aseguradora, que informa de que el motivo del deterioro del vestido es la mala calidad del tejido. La empresa defiende que el proceso de lavado se llevó a cabo de forma correcta.
El colegio arbitral:
Da la razón al consumidor, ya que comprueba que el vestido consta de dos etiquetas, una con información sobre el proceso de limpieza y otra con la composición del tejido. Entiende que la empresa no ha tenido en consideración para el tratamiento de limpieza la información suministrada en la etiqueta de composición, por lo que la obliga a devolver al consumidor el coste del servicio de limpieza insatisfactoria y a indemnizarle por el deterioro sufrido en la prenda.