Anatomía Patológica

Hay que tener en cuenta que el patólogo no emite resultados sino que hace una interpretación subjetiva de las alteraciones que observa en las células y los tejidos para llegar a un diagnóstico.

Para que los técnicos procesen las muestras y el patólogo pueda empezar a estudiarlas se requiere un mínimo de un día para una punción o una citología y de dos para una biopsia (BAG de mama, endoscópicas, etc). 

A estos tiempos hay que sumar el tiempo que tarda el patólogo en estudiar el caso que obviamente varía en función de la complejidad.

Como norma general se tardan entre uno y tres días en emitir un diagnóstico de punción con aguja fina y entre tres y cinco días en el caso de biopsias.

Los servicios de Anatomía Patológica están obligados a custodiar el tejido sobre el que hicieron un diagnóstico pero éste pertenece al paciente, por lo que, previa identificación del paciente o de un familiar debidamente autorizado pueden retirar tanto laminillas como bloques de parafina para solicitar segundas opiniones diagnósticas a otros patólogos.

NO. La PAAF se realiza con una aguja tan fina que, salvo en casos excepcionales, las molestias que produce son menores que las que produce la propia inyección del anestésico. Conviene no obstante distinguir entre la punción con aguja fina (PAAF) en la que la toma de la muestra la realiza el médico patólogo y la BAG (biopsia con aguja gruesa) en la que la toma de la muestra la realiza el médico radiólogo que sí que requiere anestesia local. 

En los distintos tipos de cáncer existen alteraciones en el ADN de las células tumorales que las hacen más o menos susceptibles a ser destruidas por determinados tratamientos. En cada paciente el médico oncólogo necesita conocer la presencia o ausencia de estas alteraciones para decidir el tipo de tratamiento que más le convendrá a cada paciente. Estas alteraciones hay que buscarlas en el ADN de las células tumorales y el patólogo es el único médico capacitado para identificar fiablemente en la muestras de biopsia o citología qué células son tumorales y distinguirlas de las que no lo son.

Por ello el concurso del patólogo es esencial en el diseño de las terapias individualizadas ya que una mala selección de las células tumorales podría implicar un tratamiento inadecuado del paciente.

En primer lugar, no hay que olvidar que los diagnósticos hechos mediante técnicas de imagen son únicamente de presunción, y que en no pocas ocasiones el diagnóstico definitivo hecho en Anatomía Patológica no coincide con la sospecha clínica o radiológica que había antes de operar.

Pero además, en el caso de cánceres ya conocidos y extripados por el cirujano, el patólogo debe estudiar datos como el estadiaje tumoral (hasta donde se ha extendido el tumor), el estado de los bordes quirúrgicos o datos moleculares de agresividad del tumor que son esenciales para la toma de decisiones de tratamiento tras la cirugía (reintervención quirúrgica, tratamiento médico oncológico, radioterapia, etc) y que siempre hen de ser tomados en el contexto de comités multidisciplinares.

SÍ. Los patólogos son los médicos encargados de hacer el diagnóstico de los pacientes mediante el estudio de las muestras de biopsia o citología. No se debe confundir un resultado, que es un dato bruto (como puede ser un nivel de glucemia) que debe ser interpretado por un médico en un contexto determinado para darle sentido, con un diagnóstico, que en el caso de los patólogos procede de la interpretación de datos clínicos y del estudio de las muestras, y que no admite interpretación ulterior por otros médicos. Así, emitir un diagnóstico implica una responsabilidad tal que sólo puede ser realizado por un médico; por ello los patólogos han de ser siempre médicos.

 NO. A diferencia de los laboratorios, en los que se emiten resultados analíticos que han de ser interpretados por otros médicos, los patólogos emiten diagnósticos médicos, si bien para ello precisan de la ayuda de los técnicos de anatomía patológica cuyo lugar de trabajo se ha denominado laboratorio.

NO. Los patólogos son médicos hospitalarios dedicados al diagnóstico mientras que los forenses son médicos especializados en temas legales. El único punto en común es la realización de autopsias que los patólogos realizan en algunas ocasiones (cada vez con menos frecuencia) con objeto de obtener datos clínicos en casos que han sido complejos en su ingreso hospitalario, un objetivo muy distinto al de las autopsias forenses, que únicamente buscan datos de interés legal.

Como cualquier otro médico dedicado al diagnóstico, el patólogo, a pesar de toda su formación, está sujeto a las dificultades inherentes a interpretación subjetiva de las alteraciones morfológicas de biopsias o citologías. La tecnología puede aportar más datos que ayuden al patólogo a interpretar mejor estas alteraciones, pero el diagnóstico en ningún caso es emitido por máquina alguna, sino que depende de muchos factores subjetivos entre los que se cuentan, además de la experiencia y conocimientos del médico patólogo que lo emite, otras muchas variables que, como con cualquier otro profesional, pueden dificultar la interpretación del estudio e impedir que se alcance un diagnóstico correcto. 

En los servicios de Anatomía Patológica se selecciona el tejido o las células que van a servir al patólogo para hacer un diagnóstico, destruyéndose lo que no resulta necesario. En cualquier caso, en los archivos de los servicios de Anatomía Patológica son los responsables de conservar por un período de diez años, tejido o células  representativos de cada diagnóstico emitido.

Este tejido, y el ADN que contiene quedan custodiados y a disposición de los pacientes o de sus descendientes, para la eventual realización de pruebas sobre su propio tejido o sobre el de sus padres o abuelos, cualesquiera que sean los estudios que se descubran de utilidad en un futuro.