Restauración del tramo norte de la muralla de Talamanca de Jarama

La Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid promovió en 2016 una serie de investigaciones con el objetivo obtener información adicional sobre el trazado de la muralla de Talamanca de Jarama.  Entre las labores desarrolladas destacan la realización de prospecciones electromagnéticas mediante georradar y la ejecución de numerosos sondeos estratigráficos en lugares estratégicos, que permitieron confirmar la existencia de un tramo de muralla con torreones cuadrangulares bajo la tapia norte de La Cartuja.

Según Torres Balbás, el núcleo islámico de Talamanca se encuentra en el entorno de la actual calle Santa María, donde existió una iglesia parroquial denominada Nuestra Señora de la Almudena, ubicada en “el lugar más elevado intramuros, junto a la cerca, a mediodía y sobre el alto escarpe a cuyo pie corre el arroyo de Valdejudíos.” Se estaría hablando de un centro fortificado de dimensiones más bien reducidas, que se formó en el siglo IX y cuya función era fundamentalmente militar, como zona de control de paso hacia el norte.

Hasta la conquista de Alfonso VI, entre 1079 y 1085, se podrían establecer dos períodos que corresponderían a sendas zonas de asentamiento diferenciadas dentro del entramado urbano de Talamanca.  Un periodo emiral (siglo IX), correspondiente a la época de fundación, ubicado en el entorno de la actual calle Santa María, que presentaría una función predominantemente defensiva y otro posterior, califal, que correspondería a la expansión de la población en torno al núcleo primigenio.

El trazado urbano de Talamanca de Jarama comprendido entre las murallas de la parte sur, la Travesía del Viento al oeste y la zona de la Cartuja tiene un carácter eminentemente medieval, con calles estrechas, serpenteantes, que configuran un entramado desordenado y hasta cierto punto caótico. El espacio urbano en época califal constaría de un centro ubicado dentro del perímetro amurallado mencionado y otra zona que se extendería hacia el este, correspondiente al Albaicín, de carácter posiblemente productivo y con construcciones adosadas a la muralla. Bajo el dominio cristiano se mantendría el área de poblamiento anterior, si bien en el siglo XIII y sobre todo en el siglo XIV, época en la que Talamanca se encuentra bajo el señorío eclesiástico de Toledo y debido al auge de la villa, el casco urbano aumentaría su perímetro en torno al núcleo anterior y se realizarían reparaciones, modificando la factura de la muralla.

Probablemente sea a estos momentos, a partir del siglo XII, a los que se pueda adscribir el gran tramo de muralla de más de 100 metros de longitud y los siete torreones, seis de ellos en buen estado de conservación, documentados en la intervención arqueológica.

Este importante hallazgo ha permitido definir el límite del caserío medieval por el norte, ampliando el conocimiento sobre el trazado amurallado de Talamanca.