La Fuentecilla de la calle de Toledo
La Fuentecilla de la calle de Toledo
La Fuentecilla de la calle de Toledo

La Fuentecilla de la calle de Toledo

Declarada BIC el 9 de mayo de 1996.

La Fuentecilla de la calle de Toledo fue declarada Bien de Interés Cultural el día 9 de mayo de 1996 en virtud del expediente de incoación publicado en el  Boletín Oficial del Estado el 8 de julio de 1977. Se regularizaba así el expediente, al amparo del Estatuto de Autonomía, de los artículos 6.a, 9.2 y Disposición Transitoria 6ª .1 de la Ley 16/1985, del Patrimonio Histórico Español. 

Imagen cabecera

A comienzos del reinado de Fernando VII se plantearon obras de ampliación, reforma de la red de viajes de agua y apertura de nuevas minas para dar un mejor servicio a una población que se hallaba en continuo crecimiento. En ese ámbito se encuadraría la realización de la llamada "Fuentecilla", tal y como actualmente se la conoce, cuya fecha de construcción se sitúa en 1816. Así pues, ésta sería la primera fuente-monumento que se erigió en Madrid.

En un monolito de planta cuadrada de piedra granítica, rematado por frontones triangulares, se hallan colocados los tres caños, que desaguan en un pilón. En los frentes se disponen los escudos de la Villa, el oso y el madroño y el dragón, ambos coronados. En el frente que da a la calle de Toledo, reposando sobre el zócalo inferior y enmarcando una placa conmemorativa en mármol dedicada por el Ayuntamiento a Fernando VII, hoy muy borrada, se disponen las esculturas de dos animales legendarios: el oso y el dragón.

Sobre los frontones se halla el remate en mármol blanco, consistente en un pedestal con las siete estrellas de Madrid y, sobre él, un león que acoge en sus garras a los dos hemisferios terrestres. La autoría del conjunto es incierta, ya que algunos autores indican que el conjunto escultórico procede del antiguo Convento de Premonstratenses, destruido durante la Guerra de la Independencia; otros apuntan que el mármol utilizado para ello procedía del convento citado y en él trabajaría el escultor Manuel Álvarez, sobre el que no se ha podido localizar dato alguno. En cualquier caso, la Fuentecilla sigue el estilo neoclásico imperante en la época.