Exposición: La Sala FEDERICO GÓMEZ. CAMINANDO ENTRE ÁRBOLES

La Sala

CAMINANDO ENTRE ÁRBOLES, por Federico Gómez

El escultor afincado en Bustarviejo, Federico Gómez (Madrid, 1965), presenta la exhibición de su obra reciente en la sala de exposiciones temporales del Centro Comarcal de Humanidades. Su delicado y poderoso trabajo con la madera y los elementos vegetales le consagran como uno de los más importantes creadores del colectivo de artistas plásticos de la Sierra Norte.

Aprovechamos estas líneas para agradecer cálidamente su generosidad y buen hacer.

“Desde que tengo uso de razón me han fascinado estos seres, en cada momento de mi vida por distintas razones y a medida que los he ido conociendo mejor, mayor ha sido mi admiración por ellos.

Caminar entre árboles siempre es gratificante, identificarlos, olerlos, cobijarme bajo sus ramas, admirar su porte, treparlos, entenderlos, a ellos y a toda la vida que los rodea y de la que parecen cuidar como una gran madre. Son muchas y muy diversas las sensaciones y emociones que llegan a despertar en las personas que están dispuestas a entregarse a ellos. Caminar entre árboles, es pues un bálsamo regenerador sobre todo en estos momentos de la historia en que nada parece tener sentido, un pequeño oasis en el que resguardarse de tanta tormenta.

Caminar entre árboles. Árboles que me han acompañado en toda mi trayectoria como escultor, árboles abandonados, árboles destruidos, en la mayoría de los casos despreciados por el ser humano, rescatados de vertederos, de talas controladas o descontroladas o recogidos de la propia naturaleza cuando ella me los ha brindado. Estos seres me han ofrecido lo mejor de ellos, su cuerpo, sus raíces, sus semillas y yo solo he tratado de ofrecerles una segunda vida, una pequeña demostración de gratitud por todo lo que a mí y a la humanidad nos han aportado y continúan haciéndolo.

Caminar entre árboles. Esa es mi propuesta expositiva, el caminar entre ellos pensando que cada una de las piezas que se presentan en esta sala, no son solamente esculturas, sino que detrás de ellas, o más bien dentro de ellas lo que hay es un árbol, un ser vivo que merece el máximo respeto. Poner en valor su belleza, sus texturas, sus colores, acariciarlas (con el debido cuidado), esa es mi ofrenda para con ellos y para para con vosotros. Pensad como si estuvierais dentro de un pequeño bosque y disfrutadlo”.

Hasta el 11 de febrero en la Sala de exposiciones temporales. Horario de visita: de martes a sábados de 10.00 a 14.00 h y de 17.00 a 21.30 h, domingos de 10.00 a 15.00 h.